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LOS DULCES VERANOS DEL JOVEN CONDE DE CEBALLOS

Editorial

LOS TOLEDO Y EL LEVANTAMIENTO ANTISEMITA DE 1391 EN CASTILLA

LOS TOLEDO Y EL LEVANTAMIENTO ANTISEMITA DE 1391 EN CASTILLA

Corría el primer año de reinado de don Enrique III el Doliente (1379-1406) –primero en ostentar la dignidad de Príncipe de Asturias, como heredero a la Corona española, título que si fuéramos justos correspondía más a la muy noble casa de los Álvarez de las Asturias, pero esa es otra historia-, cuando ocurrieron los hechos que vamos a tratar.

    El comportamiento de la familia de los Toledo en los terribles sucesos acontecidos contra la comunidad judía en Toledo y en muchas otras ciudades del reino en el año de 1391, fue ejemplar y supuso de alguna manera una afrenta del Clan contra los insurrectos que despreciaban a la población judía, y que no eran pocos, o mejor aún, que eran una mayoría muy ruidosa. Las predicas antisemitas no eran nuevas en el reino, ni mucho menos, pero jamás se habían manifestado con tanta fuerza. Desde hacía años, éstas manifestaciones xenófobas eran acaudilladas por el arcediano de Écija Ferrant Martínez, hombre de orígenes viles, ambicioso de poder y cuyos discursos incendiarios se nos antojan odiosamente similares a los de otros abanderados antisemitas del siglo XX.

   El pogromo se inició el 6 de junio de 1391 en Sevilla y se extendió como la pólvora por el reino. Las matanzas de judíos se dieron en toda la Península, contagiando a los vecinos reinos de Aragón e incluso algunas alejadas zonas de los Algarves y Barcelona, llegando casi hasta el Pirineo. El primero en demostrar su furia fue el valle del Guadalquivir y las ciudades de Baeza, Montoro, Andújar, Jaén, Úbeda y la propia Córdoba. El 18 de junio las matanzas llegaron a Toledo, después de pasar por Ciudad Real, Cuenca, Huete, Escalona, y la que es hoy nuestra capital, Madrid. En el reino de Aragón será Vicente Ferrer el que liderará la rebelión antijudía.

 

Los saqueos a las juderías, los ataques a todos los miembros de la comunidad semita, sus establecimientos y bienes, encarnizados y llenos de odio, provocaron que el pequeño rey de apenas 11 años se enfrentara a uno de los acontecimientos más significativos de su reinado.

   Aprovechando la muerte de Pedro Gómez Barroso (pariente de los Toledo por enlaces) y el rey Juan I, decididos amonestadores de las conductas antisemitas, el susodicho Ferrant Martínez ordenó que fueran destruidas las sinagogas de Écija y Alcalá de Henares. Muertos los dos más grandes defensores de los judíos, o por lo menos dos hombres de Estado conscientes del daño que el odio racial podría traer al reino, los rebeldes aprovecharon la tesitura para jalonar la insurrección.

    El conde de Niebla don Juan Alfonso de Guzmán, Alcalde Mayor de Sevilla y su primo don Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil Mayor, mandaron a apresar a un hombre por robar y perseguir a los judíos. Así la plebe aprovechó el momento para rebelarse y destruir todo lo que encontraba a su paso. Como ya hemos dicho el día 6 de junio tuvo lugar el asalto y saqueo de la judería sevillana donde perecieron unas 4.000 personas, todos ellos judíos y los restantes tuvieron que abrazar el cristianismo a fuerza de la espada.

 

La Corte, por otro lado, inmersa en las torpes discusiones de patrimonios, estaba dividida debido al testamento de Juan I. El Canciller Pero López de Ayala  –que era miembro del Clan de los Toledo, aunque se llamara Ayala- describía en su crónica de esta guisa los acontecimientos:

      “Predicaba por plaza contra los Judíos, é...todo el pueblo estaba movido para ser contra ellos... el pueblo de la cibdad de Sevilla avia robado la Juderia, é que eran tornados Christianos los mas Judíos que y eran, é muchos de ellos muertos... fue cobdicia de robar, segund paresció, mas que devocion...” (sic)

 

Tendría lugar pues el inicio de un periodo muy oscuro para la comunidad judía que vio como surgían de entre sus propios miembros sus más fieros detractores, como Pablo de Santa María, que llegaría a decir en su Scrutinium que las matanzas de 1391 “sucedieron por el deseo inspirado de Dios”.

    Como ya hemos dicho, en Toledo, cuidad por otro lado muy poblada por judíos y musulmanes, encontramos la fuente hebrea más completa de información, el poema Elegía a los mártires de Toledo en 1391, texto del que se conocen dos versiones y al que don García de Toledo y Foix (1423-1469) se referiría en sus Epístolas, que nunca fueron publicadas y de las que apenas nos quedan algunos folios y las citas referenciales que nos hace don Giulio Ferdinando de Piedrahíta (1888-1943) en sus ensayos sobre Los linajes de Toledo.

 

Es en el poema Elegía a los mártires de Toledo en 1391 donde encontramos detalladamente una relación de las víctimas de Toledo más destacadas, hombres de letras, poetas, grandes artesanos judíos que fueron muertos por la turba u obligados a inmolarse. Llama particularmente la atención la muerte del jovencísimo Abraham ben Ofrit que fue ahogado en el río ante la angustiada vista de sus ancianos padres y al que en el siglo XV el poeta Román de Ceballos escribiera una serie de cuatro poemas de los que apenas conservamos un verso citado en la obra de don Francisco de Ceballos y Howard (1840-1898):

 

Adiós, padre,

pensó el ahogado,

Que le miraba desde la distancia

Mientras sostenía a su anciana esposa,

Desfallecida

 

Un verso claramente parafraseado pero que nos recuerda el horror de aquellos días toledanos donde sus gentes sacaron lo peor de sí. También son del poema Elegía a los mártires de Toledo en 1391 los versos dedicados a la profanación de los templos hebreos, versos por otro lado son sumamente informativos porque nos detallan con precisión la cantidad de templos que existían en la ciudad. Actualmente no podemos identificar casi ninguna, porque fueron reconvertidas o destruidas, pero muchas de estas sinagogas y midrasim además de lugares religiosos albergaban una riquísima tradición artística y cultural, maravillosas bibliotecas arrasadas por la salvajada humana.

    Podemos hoy contemplar el antiguo esplendor sefardí en la Iglesia del Tránsito, sinagoga del príncipe Semuel ha-Leví, nasí de Israel. Aunque no podemos echar en el olvido la sinagoga Ben Zizá funda por la notable familia de los Ben Zizá, con los que en muy antiguo hubo supuestos entroncamientos con la raza mozárabe toledana, en tiempos prerreconquista.  

 

La Corona, y su poder representado en los Toledo, se muestra afectada por los hechos ocurridos y la pérdida de vidas, además de las inmensas pérdidas comerciales que ello acarreaba. En febrero de 1398 Enrique III el Doliente –ya con 18 añitos- ordena al Alcalde Juan Alfonso y al tesorero mayor Juan Rodríguez de Villareal, que hicieran pesquisa para averiguar quiénes habían cometido los robos en la judería de Toledo, imponiendo a los culpables una multa de 30.000 doblas de oro. Los monasterios y los particulares pedieron las rentas que tenían situadas sobre los tributos de las aljamas judaicas. Las desastrosas consecuencias económicas para la ciudad se dejaron sentir muy pronto, y los más afectados fueron, sin duda alguna, los capellanes cuyos salarios eran asignados de las dotaciones de la Real capilla que provenían, irónicamente, de la población judía.

    Según el Conde don García de Toledo en sus Epístolas, el Clan de los Toledo, al menos una gran mayoría del mismo, había proporcionado refugiado en sus propiedades extramuros a algunos miembros destacados de la comunidad judía.     

     Es decir, el Clan de los Toledo había arriesgado su propia hacienda e integridad ocultando en sus huertas durante largo tiempo a jóvenes artesanos y a cierto médico que atendió después, muchos años después, a un Diego García de Toledo que cayó a un pozo y que estuvo apunto de perder la vida siendo operado de urgencia por el médico judío que le salvó la vida.

 

Por un lado nos parece aspecto positivo el que los judíos empezaran a vivir en otros barios y que muchos cristianos se mudaran al “que fue barrio judío” en 1394, y que de alguna manera los judíos que habían logrado sobrevivir vivieran ahora puerta con puerta con cristianos y otros judíos conversos.

 

Pero la catástrofe no había hecho nada más que comenzar

 

Continúa…

 

Bibliografía:

 

Epístolas

García de Toledo y Foix

Folio VIII, versos X-XIII

Archivo privado de los Duques de Goya

 

Giulio Ferdinando de Piedrahíta

Ensayos sobre Los linajes de Toledo

Archivo privado de los Duques de Goya

 

Francisco Isidro de Ceballos y Howard

Linajes españoles

Páginas 245-390. Los Toledo

 

Pilar León Tello

Los Judíos de Toledo

Tomo I  Estudio Histórico y colección documental

Página 174-192 El levantamiento antisemita de 1391

 

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BARCELONA: CUENTOS DE HADAS Y DESVENTURAS

Personalmente considero la ciudad de Barcelona como la más bella de todas las ciudades españolas. No por mera casualidad estas tierras han sido desde tiempos remotos las más apreciadas por todos los moradores que han ocupado la Península sin importar la época y cultura. La BCN actual, la de las múltiples culturas, quiere acoger al visitante con el mismo encanto que desde hace siglos lo hace con todos los que arriban a sus costas. Me he sentido siempre embrujado por esta ciudad, desde que era un simple párvulo americano que soñaba con los bravíos atardeceres que inspiraron a Joan Maragall sus Visions i cants por allá por los muy florecidos 1900, los que a su vez inundaron la mente del apoteósico pintor y dramaturgo Santiago Rusiñol. Fui ese inocente estudiante que soñó con el poderío monumental del magno Gaudí, que pasó días enteros recorriendo mentalmente la ciudad que aún no conocía. Creo que yo, el muchacho que constantemente promulgó su “ciudadanía del mundo” y el poeta que hoy también la refiere y de la que se enorgullece, me he sentido, desde muy niño, impulsado a ser catalán, y no vergüenza por ello siento. Nunca me he arrepentido de anunciar con contundente voz: “Mi nacionalidad es el mundo”; no obstante, si hubiese podido elegir mi lugar de nacimiento, este, muy seguro, sería la ciudad condal. Empero en Barcelona he perdido cosas, apegos, amores, seres que me han dejado huella y cicatriz: todos estos acontecimientos infectan de cierta amargura ese enorme amor mío por la ciudad… Sin embargo, son sus calles mis hermanas, y sus esquinas mis hijas, y sus ya inexistentes murallas mis amantes. Barcelona amilanada de Eixample. Ciutat Vella e porteña. Rugosa en el Sant Martí. Ducal y altiva en Les Corts. Ribereña de la sierra y muy altiva con Sarriá Sant Gervasí. ¿En donde vi Montjuïc? Oh Horta Guinardo, Nou Barris, Sant Andreu. No olvidar la Gràcia y amar hasta el Tibidabo… ¡Qué vuelva la protección de Cayo Julio César y de Cayo Julio César Octavio Augusto, donde eras llamada Colonia Iulia Augusta Paterna Faventia Barcino y custodiada calladamente por el mons Taber! Quien no te ama, oh mi dolorosa Barcelona, tampoco te merece, quien en ti se mece, no perece, y quien muere, entonces, feliz, eternamente, permanece.

¡¡¡YA ES NAVIDAD!!!

Así es, ya es oficialmente el día de Navidad, y, por tanto, el segundo día de este blog, al que he logrado hacerle algunos cambios introduciendo textos de público interés. La noche de Navidad, que por cierto pasé en compañía de Nadie y sin desencanto alguno –pues cené bien, escribí dos relatos, otro par de poemas, y empecé este blog, además de ver una buena película y disfrutar de buena música-. El mejor regalo que puede hacerse un hombre es su soledad bien administrada. Yo intento siempre que mi soledad no sea una pesada carga, y me comprometo conmigo mismo a siempre exprimir estos tiempos huérfanos a los que suelo sacar mucho provecho. La pasada noche ha sido muy provechosa; el aprovechamiento del tiempo es algo de lo que siempre debemos enorgullecernos, es tanto el tiempo que pasamos realizando actividades inconcretas y superfluas que lograr concluir tareas es más que un acto heroico, es también una muestra de disciplina y de evolución. Para el nuevo año hay muchos proyectos para llevar a cabo –y no dejarlos inconclusos-, nuevos sueños y metas, sobre todo la realización del ideal más lógico. Los años avanzan, amigos, y con ellos las catástrofes inherentes a la parsimonia… ¡Ah buenos y atentos dioses, permitidme este año la obtención del bien supremo, y a vos Fortuna, piedad os imploro… o una tregua, ¿tal vez?Sonriente

ENTRE FIN Y PRINCIPIO... (¿Los dioses siempre triunfan?)

Doy la bienvenida, con más gratificación y alegría que con algarada, pues hoy, 24 de diciembre de 2006, creo este primer blog -al que espero sigan muchos más- como antesala a una página web que estará lista para verano de 2007 y donde pretendo depositar gran parte de mi producción literaria. Si bien alguien dijo una vez que “aquello que no está escrito no existe”, hoy no estamos muy lejos de sentenciar con extrema rotundidad “lo que no está en Internet tampoco existe”. Sucede que cada vez el Universo virtual logra apoderarse más de la capacidad de comunicar y de llegar hasta los lugares más recónditos de la geografía global y hasta las más variadas personas. Cosa por la cual hay que alegrarse, pues ante todo somos seres comunicativos, a veces, eso sí, muy dados al retraimiento por mero vicio y no por instinto. En fin, no quiero extenderme demasiado en esta breve presentación, que solamente pretende ser eso, una sucinta presentación sobre un espacio personal, dedicado a cosas variadas, entre personales y literarias: ambas intrínsicamente ligadas, más de lo cualquiera pueda imaginarse. Espero que los futuros visitantes tengan muy en cuenta que apenas inicio hoy este espacio y que no soy precisamente un gran entendido en temas informáticos y de Internet, por ello ruego a todos vosotros me tengáis un poco de paciencia mientras construyo correctamente este espacio que pronto tendrá un alto número de fotografías y artículos interesantes, además de relatos cortos, poesía, cuentos y algunos breves sobre las novelas que escribo. No desesperéis –mis amigos- y no os sintáis defraudados –los casuales-, prometo empeño y prontitud en cumplir estas promesas. Qué buena forma de pasar la noche de Navidad. ¡¡Felices fiestas para todos y buenos augurios!!Riendo